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Aranjuez !!
31 de Marzo del 2019
Ayer fue una de esas actividades que se recuerdan para toda la vida o al menos esa fue la impresión que recibí. Tuvimos el placer de compartir juntos un día que aunque meteoro-lógicamente no prometió mucho, no faltó a las expectativas de nadie. Empezábamos el día rumbo a Aranjuez, sin duda, uno de los destinos turísticos de la capital madrileña más conocidos por su famoso Palacio Real y los Jardines que lo rodean. Como siempre, estas actividades generan muchas incertidumbres y más tratándose de que la noche anterior habíamos dormido tod@s una hora menos debido al cambio horario. Aún así, cogimos el día con toda la ilusión del mundo... media hora más tarde lo previsto.
Ya en el autobús se notaban las ganas de compartir un día repleto de aventuras. Estas nos esperaban a 45 minutos del bullicio de la metrópoli madrileña. Llegamos a un enclave sin igual aunque ya la lluvia asomaba las orejas a lo lejos por lo que tuvimos que apresurarnos al entrar en el conjunto palaciego. Al adentrarse en aquel lugar, uno no puede sentir otra cosa que no sea estupor y asombro ante semejante despliegue de posibilidades: lámparas de araña que cuelgan del techo, artesonados, amplios salones, corredores plagados de obras de arte, tocadores y alcobas hechas a la medida de la dinastía Borbón. Durante todo el rato que estuvimos allí dentro sólo se oyeron nuestros ruidos y a nuestros fantásticos guías personales que nos agenciamos para hacer más amena nuestra visita. Fue en gran parte a su colaboración que descubrimos secretos de cámara (como que Fernando VI organizaba bailes jamás vistos en otras cortes europeas).
Aunque la visita al real conjunto se nos pasase un poco por agua, no desalentó a nuestros intrépidos chicos y chicas. Después de salir, dimos una vuelta por los jardines que el río Tajo corta con la precisión de Picasso. Mientras nos paseábamos, tuvimos la oportunidad de contemplar la fauna y flora que pueblan los jardines reales (ocas, patos, pavos reales). A eso de la una y media, empezaban ya a rugir las tripas así que hicimos el camino a la inversa rumbo al Burger King para deleitarnos de unas suculentas hamburguesas con patatas y donde disfrutamos de un rato en compañía mientras llovía fuera ¡ Seguro que los empleados no habían visto tantos conos de nata juntos en sus vidas! Con el buche bien lleno, proseguimos nuestra visita dirección Jardín del Príncipe donde pudimos casar a Gemma y a Dani con éxito de una vez por todas.
El Jardín nos impactó para bien de no haber sido por cierta oca asesina que nos perseguía allá donde íbamos. Visitamos además el Museo de las Falúas o embarcaciones reales que utilizaba la familia real a modo de recreo para surcar el río Tajo ¡ Lo que hubiéramos dado alguno por echarnos una siesta en alguna de ellas ! Habiendo visto el museo, decidimos que era ya hora de volver al bus puesto que la tarde se estaba poniendo fea, o al menos más fea de lo que había empezado. Tras una buena caminata llegamos al bus donde para volvernos a Madrid. Era digno de creer el silencio en el que iba sumido el autobús. Nuestr@s chavales y un servidor estábamos exhaustos después de un día tan completo.
¡Quien diría que de los días más grises se sacan tantas experiencias bonitas: las pilastras , los cortinajes y hasta de las puertas sus agarraderas merecieron la pena!